29 enero 2010

Algo quedará

Anunciado queda, pero yo me enteré ayer de primera mano y antes de que se hiciera eco la prensa. Me llamaron a mi teléfono colorao para anunciarme que acaban de prohibir la postura del misionero. ¡Qué disgusto me dieron!
Volvía a sonar: ¡ring, ring, ring...! y corrí a descolgar el teléfono colorao. Otra vez ellos. Pero en esta ocasión lo que me contaron sonó mejor. El gobierno de Rodríguez prohíbe la sexualidad de las personas (todo por una tontería sobre el placer sexual de las mujeres). A partir de mañana (por hoy viernes) y por Real Decreto, pasamos a ser amebas.
Ya como protozoo rizópodo cuyo cuerpo carece de cutícula y emite seudópodos incapaces de anastomosarse entre sí emprendí mi carrera hacia el registro para inscribirme como tal, pero qué quieres. Papeles, número de la Seguridad Social, tarjeta de desempleado. Me dio una pereza increíble... y volví a casa. 
¡Ring, ring, ring...! Cómo estaba la cosa. En lugar de mi casa, parecía que le tenía contratada la línea telefónica a Gila. A pesar de mi desastrosa visita al Registro, estaba de buen humor. Era Enric Sopena. Se jodió el humor. Me decía que estaba bajo tormento, como su propio nombre indica, que no entendía cómo podía decir las cosas que ¿he dicho? de su amigo Rodríguez, que lo del paro era mentira, al igual que lo del aumento de la edad de jubilación, que es una cortina de humo que ha lanzado el Gobierno para tapar las declaraciones de Esperanza Aguirre, mi Espe, sobre ¿Gallardón? Colgué, pero antes le dije que yo, como ameba que era, tenía mis derechos y que si se volvía a meter conmigo me chivaba a mi amiga María Antonia botijobajito Iglesias.
PD: No sé lo que voy a durar como ameba...

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